miércoles, 26 de febrero de 2014

Tallas de arcas madera

Una Arca es un utensilio útil para guardar cosas pero si encima esta tallado podrás colocarlo como una ardorno original.

 Esta es una pequeña arca de madera de castaño con unos pequeños tallares por la tapa y el frontal
 
 Este es un arca grande también en madera de castaño ideal para guardar cosas grandes incluso para colocar como banco en una mesa
                                                                    
  LA FLOR DEL AGUA
¿Por qué tiembla? —No lo sabe.¿Qué aguarda en el lago? —Nada.—De las aguas enlazada a los hilos su raíz, el movimiento suave de la linfa va siguiendo,la cabeza sumergiendo del agua, al menor desliz.
Así la halló la alborada, así la encuentra el lucero,
siempre el esfuerzo postrero haciendo para bogar;
y en las olas la encallada,vaga y frágil navecilla
sin poder la florecilla impeler ni abandonar.
Movimiento que no cesa,ansiedad que se dilata,
ni el agua que sus pies ata sostiene a la débil flor,
ni deja, en sus olas presa,que vaya libre flotando,
quiere que viva luchando siempre en continuo temblor.
¡Ya se inunda!... ¡Ya se eleva!...¡Ya la corriente la traga!...
¡Ya navega... ya naufraga! ¡Ya se salva... ya venció!
¡Ya el agua otra vez la lleva en sus urnas sepultada!...
¡Ya de nuevo sobre-nada en el agua que la hundió!...
Flor del agua, ¡cuántas flores viven en paz en la tierra!
Sola tú vives en guerra en tu acuático jardín:
te da la lluvia temores, el manso pez te estremece
y tu belleza parece sin gozar descanso, al fin.
Tú, poetisa, flor del lago, por amante, por cantora,
has venido en mala hora con tu lira y tu pasión;
que en el siglo extraño y vago a quien vida y arpa debes
dondequiera que le lleves fluctuará tu corazón.
Que las cantoras primeras que a nuestra España venimos
por sólo cantar sufrimos, penamos por sólo amar;
porque en la mente quimeras de un bello siglo traemos
y cuando este siglo vemos no sabemos do hogar.
Las primeras mariposas que a la estación se adelantan
y su capullo quebrantan sin aguardar al abril,
nunca saben temblorosas adonde fijar las alas,
siempre temen que sus galas destroce el aire sutil.
  Las ráfagas las combaten, las extrañan los insectos
y de giros imperfectos si cansado el vuelo ya,
sobre las plantas lo abaten buscando el capullo amigo
hallan que néctar ni abrigo la flor en botón les da.
Las orugas que encerradas aún están en sus clausuras
mañana al campo seguras podrán sus alas tender; mas, aquellas desdichadas que antes cruzan la pradera
¡morirán, la primavera risueña, sin conocer!...

¿Cuál es tu barca? —Una lira.—¿Qué traes en ella? —Sonidos.—¿Vuélvete, que no hay oídos para tus sones aquí;vuélvete joven, y mira si en tu barca, más sonoro,
puedes trasportarnos oro u otro cargamento así.

¿Quién te llama? ¿A qué nos vienes con peregrinas canciones El trueno de los cañones
del siglo el concierto es,y en vano sus anchas sienes
pretenden ceñir de flores,¡ay! sus pies destrozadores hollarán cuantas te des.
¿Vienes de nuevo, alma mía,
qué traes en la barca? —Amores—.Torna a otras tierras mejores,
torna el camino a emprender;si es oro nuestra poesía
nuestros amores son... nada.Ve si la nave cargada
de cetros puedes traer,
Que, si no de amor, tenemos
tan elevadas pasiones que sentimos ambiciones
de un cetro cada garzón; y cada garzón podemos
con nuestros genios profundos media docena de mundos fundir en una nación.—
¿Otra vez? ¿Qué traes ahora?...
Siempre en el mismo camino sobre el cauce cristalino
en su barquilla la flor: así la dejó la aurora,
así la encuentra el lucero siempre en el afán primero,
siempre en el mismo temblor.
Tú, poetisa, flor del lago,por amante, por cantora has venido en mala hora
con tu amor y tu cantar: que en el siglo extraño y vago,
a quien vida y arpa debes,dondequiera que la lleves
puede el alma naufragar.
Mas, escucha no estás sola,
flor del agua, en el riachuelo;contigo en igual desvelo hay florecillas también:que reluchan contra el ola,
que vacilan, que se anegan,que nunca libres navegan
ni en salvo su barca ven;
Pero, enlazan sus raícesa la planta compañeray viven en la ribera
sosteniéndose entre sí: y cual ella más felices
desde hoy serán nuestras vidas si con las almas unidas, vivimos, las dos así.
Ermita de Bótoa, 1845

                         
 
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Pequeña arca tallada por los cuatro cantos quedo a medio hacer ya que las colas de milano por aquel enctonces no me salían muy bien (esta arca la encontraras terminada  en restauraciones)

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